jueves, 17 de septiembre de 2020

Aterrizaje en la isla esmeralda

 Esta nueva aventura promete, y es que al llegar desde un país de la lista roja tenemos que hacer 14 días de cuarentena. La lista roja es una lista que Reino Unido ha confeccionado según el nivel de infección por la COVID-19.

                    

Emprendemos rumbo a Belfast desde Barcelona en el que parecía ser un vuelo privado, ya que eramos tan solo 22 pasajeros. Imaginaros lo anchos que fuimos, teníamos 3 asientos para cada uno e incluso filas libres por el medio.

                      

Durante el vuelo parecía que la cosa iba tranquila, hasta que una azafata llamó la atención de un irlandés que dormía sin la mascarilla. La azafata lo despertó para que se la pusiera y parecía aquello un duelo de titanes, el irlandés alegando que con la mascarilla no puede respirar y descansar, y la azafata que vió que perdía la batalla llamó a su superior. Él consiguió convencerle de que es obligatorio y que se la tenía que poner como todos. 

                      

La llegada a casa fue de lo más sencillo, en Armagh me recogió mi mentora y me acercó a casa donde compartiría mi cuarentena con mi compañera.

                      

A lo largo de los 14 días que estuvimos encerradas conversamos, comimos, dormimos, construí un avión, estudiamos y anotamos varias anécdotas.



En nuestra casa existe una salida de emergencia, hasta aquí todo normal. La cosa cambia cuando os juro que está saliendo por la ventana del baño tras saltar el váter. La salida da a un tejado en el que planeamos hacer escapadas para tomar aire fresco durante la cuarentena.

                    

Así pues, en la 2º incursión al tejado a leer un rato nos pillaron. Mi compi salió la primera mientras yo iba a coger el libro y a lo que fui al baño subió el dependiente de la tienda de abajo diciéndome que se oían ruidos raros en el tejado. A lo que yo me hice la española no sabe inglés.

                                

Él se fue extrañado y yo rápidamente llamé a mi compi para que volviese ya que el tejado daba a la tienda de abajo y se oía todo.

                    

A lo que volvió escuche ruidos de alguien que volvía a subir y le dije "corre escóndete" y yo me fui a la cocina.

                    

Era nuestro casero y dueño de la tienda que no entendía si se estaba cayendo el tejado o qué, se asomó por la ventana del baño a ver que pasaba y ahí estaba ella escondida a modo pelota. El casero, le tocó la espalda y entre risas le preguntó si tenía algún problema.

                            

Nos aconsejó salir por las noches ya que estábamos empezando a desvariar.

                      

Así que esa misma noche nos fuimos a pasear, lo hacíamos todas las noches, pero esta fue distinta. Cambiamos el recorrido y encontramos un acogedor parque con un riachuelo en medio, de vuelta a casa vimos una casa abandonada. Por supuesto, nos asomamos, y para nuestro asombro unos ojos se nos quedaron mirando y parpadeando.

                      

Las dos salimos corriendo, a lo que me dijo mi compañera "era una estatua de una niña" yo le dije que era un gato, pero lo bueno es que mi primera impresión fue la misma. Nos acercamos a comprobarlo con mucho mas miedo (si llega a ser una estatua me cago), pero ya no había nada, así que concluimos que fue un gato.


El jueves 10 fuimos liberadas a la noche así que fuimos a celebrarlo con unas cervezas. Quedamos con un amigo que nos enseñó a distinguir a un afiliado de un protestante y a una buena Guinness de una mala. La buena tiene que dejar anillos de espuma en el vaso al beberla (y es cierto, el primer bar era de mala Guinness), la espuma al darte la cerveza ha de ser del grosor de un dedo y si tiene en la espuma una marca circular es cojonuda.


El viernes quedé con otro amigo y fuimos a pasear por Armagh, algún día haré un post de ello y su historia, de pronto os dejo aquí fotos de la ciudad (a lo largo del blog).

                               

El caso, que fuimos a ver la catedral de San Patricio y sus jardines, los cuales estaban cerrados. Lo que no sabíamos es que era hora de cerrar la iglesia, así que a lo que quisimos salir, nuestra sorpresa fue tremebunda a ver todas las vallas cerradas.

                    

Así que remangamos pantalones y nos disponemos a buscar el mejor lugar para saltar, casi lo teníamos cuando unos chavalillos decidieron animarnos y aconsejarnos. Uno de ellos me pidió una manzana del árbol (eran castañas) así que se la dí. No le vi comérsela, una pena.

                                

Bueno, al final encontramos el mejor lugar para saltar y unas viejecitas nos iban comentando la jugada que teníamos que hacer y apoyándonos. Con tanto ánimo enseguida lo saltamos y pudimos ir a tomarnos un ganado café. 

                    

Sin duda, un buen comienzo.


viernes, 4 de septiembre de 2020

Aragonesas por Oregon ROADTRIIIP


 

25 de mayo de 2018

Nos levantamos en el motel de mala muerte que reservé para poder vivir una experiencia americana total, como en las películas. Pasamos de nuevo por la piscina en la que creíamos que algo trágico había sucedido y decidimos desayunar lo que allí se nos ofrecía, pastas empaquetadas y té.


Rumbo a la primera parada Sand Dunes Frontier, no sabíamos si nos encontrábamos en Oregón o el Sahara, de pronto todo nuestro alrededor comenzó a convertirse del color crema pálido que combinaba perfectamente con el azul radial del río Coos.



Estábamos ante la extensión mas larga de dunas en la costa oeste. Y tan grande era que no nos encontrábamos, suerte que el guarda del parque nos dio un mapa y felizmente nos indicó por dónde ir. En ellas caminamos, subimos (sudando) y bajamos rodándolas.



El viaje nos deparaba lugares y rincones espectaculares que nuestra mente no podía imaginar. La siguiente parada, fue sin duda la más entretenida. Cabo Perpetua, se encuentra dentro de un parque natural (raro eeh). James Cook, un cartógrafo británico lo avistó el día de Santa Perpetua y le puso el nombre. 


Lo curioso del sitio es que en ese parque encontramos el agujero de Thor, un cráter en el que la marea se adentra cuando baja. Algunos creen que fue el mismísimo Thor quien con un golpe de su martillo creó el agujero.

Las olas suben y lo cubren, cuando bajan es cuando parece que el agujero se traga todo lo que encuentra y hay que ir con cuidado. Ojo a mi sorpresa cuando me mojé.


En esa misma zona encontramos otro curioso y natural artefacto, Devil's Churn, una chimenea de mar. Las olas chocan contra una aparentemente roca normal, pero después el agua sale propulsada por el interior causando un efecto brutal!. Allí unos chicos enredaron a tapar el agujero con un tronco, el cual con la fuerza del agua salió disparado hacia arriba.


Segunda visita y no creíamos todo lo que estábamos viendo, así que para bajar un poco la emoción paramos a comer en un buffet que menos mal que las vistas al puerto de Newport merecían la pena, por que la comida era una auténtica americanada...




Nos aproximábamos a lo que iba a ser nuestra última parada antes de ir a dormir a Portland, cuando, de pronto, se nos aparecieron unos mall (centros comerciales) con la palabra OUTLET. Yo no soy muy fan de las tiendas, pero la ocasión lo merecía, así que allí que paramos a comprar todas las gangas que encontramos, desde jerseys de GAP a bolsos de Calvin Klein, las maletas ya se volvían llenas de nuevo a España.




Cape Kiwanda nos regaló el momentazo del día, aunque fuese difícil de superar. Este cabo se caracteriza por las formaciones creadas por la erosión del agua y del aire, dunas, acantilados, rocas en medio del mar y una puesta de sol con saltos de ballenas. ¿Qué más podíamos pedir?




26 de mayo de 2018

Nos levantamos en Portland en la casa de J (estuvimos con el y su novia en otro viaje). Allí dormíamos las 3 y una nueva chica que venía desde Bielorrusia, no tenía mucho que hacer por allí así que se unió con nosotras al plan de visitar cascadas.



La primera parada era la cascada más alta del estado de Oregón con una altura de 189 metros. Esta se encuentra en la garganta del río Columbia, conocido por la prestigiosa marca de ropa. Al llegar nos dejaron boquiabiertas varias cosas, 1 la altura y 2 la cantidad de gente allí.

Así que hicimos una visita corta y nos fuimos de hiking, tocaba caminar y descubrir otro parque, éste caracterizado por sus plateadas cascadas, y es que así se llama el susodicho parque "Silver Falls State Park". 

Caminamos, y muucho, preguntarle si no a mis compañeras de viaje. Hicimos la ruta de las 10 cataratas y decidieron que viendo 8 ya habían visto muchas. Estaba de suerte ya que nuestra compañera bielorrusa y fotógrafa de excursiones quería posar en todas ellas así que mientras Marta y Helena descansaban y comían a la orilla del río nosotras finalizamos con las dos últimas cascadas.








Así pusimos fin a un trail de 12 km y muchas y espectaculares waterfalls. Y claro, nuestro estómago estaba vacio. Fuimos a Portland a visitar la ciudad y comer unas famosas Voodoo Doughnut (pinchar para entenderlo), pero había tanta cola que decidimos pasar y comprarlas a la mañana siguiente.

Estábamos muertas y hambrientas así que primer sitio que vimos ahí que entramos. La suerte estaba echada y Queen nos veneró durante la cena. No explico, muestro:


Al terminar el día J nos llevó a los recreativos, lugar curioso cuanto menos. Hicimos guerra de airhockey y no recuerdo quién ganó, pero probablemente mi hermana. Está muy curtida en ese tipo de juegos.


27 de mayo de 2018

Último día por la costa de Oregón pero no por ello menos bonito, nos acercábamos a la península de Olympia y se notaba que las montañas tenían más y más desnivel decorando el viaje con secuoyas de tamaños desorbitados.



Llevábamos muchos días sin parar y nos merecíamos un día de relax, de intentar bañarnos en la inmensidad del Océano Pacífico y dormir bajo los rayos del sol.

Antes de ir a la que sería nuestra playa de descanso decidimos parar a ver la famosa Cannon Beach (donde se rodó Crepúsculo), la verdad que después de todo lo que habíamos visitado no nos aportó mucho. Además estaba llena de gente así que ni hicimos fotos.


Tratando de buscar la casa de Edward Cullen, nos adentramos en el Ecola Park State para lo dicho antes relajarnos y tomar un poco el sol antes de volver a Seattle.


Aun paramos en en la capital del estado a dar un mini paseo, estirar las piernas y comer algo. Durante el camino admiramos la grandeza del Mt.Rainier


Uno de los objetivos de Marta era probar todas las guarradas americanas que fue encontrando y durante los viajes en coche cantando ir catalogándolas en delicioso o asqueroso.

Resto de días de mayo de 2018

Todavía tenemos el coche así que aprovechamos para investigar una de las islas que se encuentran cerca de Seattle y así aprovechamos para ver la ciudad desde el océano (y posturear claro).



Programamos tres paradas, la primera Poulsbo, un pueblo llamado popularmente la pequeña Noruega debido a sus casas influenciadas de la arquitectura del país.


Dimos un paseo, marujeamos unas cuantas tiendas, todas muy ecologicas y sostenibles y fuimos a buscar una colonia indígena que supuestamente había en el lugar.

Y digo supuestamente por que allí no había nada mas que indígenas vendiendo fuegos artificiales (los Simpson en un capítulo clavan esta realidad de casinos y pueblos destrozados). 

Con el corazón en un puño marchamos al otro lado de la isla a flipar en colores literalmente. Llegamos a Illahee State Park (sí otro más). Y para nuestra sorpresa estaba lleno de OSTRAS!!!


Caminamos por el Pier y vimos estrellas de mar, cangrejos del tamaño de la palma y...


No se como contar esto, pero mi hermana tuvo una de las experiencias más personales, vivió en su propia carne, si si como lo leéis, un cruce de miradas con una foca bebé.

Devolvimos nuestro querido compañero de viaje y ya solo quedaba volver a trabajar y dos días de exploración en Seattle de las mañicas.


Esos días aprovecharon para ver la Universidad de Washington y como frikis de Harry Potter entrar en la librería que inspiraba al salón comedor de la película.



Cómo no, visitaron el Space Needle, la noria, la Gum Wall y el Pike Place Market donde encontraron el yogur de sus sueños, el famoso Ellenos, que encima les hacia gracia el nombre.

Allí también reímos con la pescadería del Pike Place, característica por el show y lanzamiento de pescado que los trabajadores realizan entre la gente que está comprando.



Las despedidas siempre son difíciles, pero intentamos endulzarla un poco con un típico dulce americano.


Aquella misma noche nos habían invitado a comer a casa de la profe de Cris que nos dejó la mansión en Missoula, así que Helena y Marta disfrutaron de una agradable noche americana con su correspondiente baile de folk.


Y antes de volver a España comer comida china era sin duda idílico.